Todos discutimos con nuestras parejas, y esto es normal en cualquier relación, pero cuando las discusiones se vuelven el único modo de comunicación esto se convierte en un problema.
Cuando una pareja discute todos los días, el relacionamiento se vuelve insoportable y cada vez se tiende a discutir más y más, como un círculo sin fin. Y si prestamos atención a éstas, nos damos cuenta que son siempre las mismas; pueden ser de temas diferentes (cuestiones de convivencia, de dinero, celos, confianza, etc.), pero lo que se dice es casi siempre lo mismo, como si existiera un guión y cada uno hubiera aprendido de memoria sus líneas.
¿Qué podemos hacer para cambiar esto? Tenemos que prestar atención al guión e intentar cambiarlo. Si sabemos que diciendo lo que siempre decimos, no se resolverá o empeorará la situación, debemos decir otra cosa, o decirlo de forma DIFERENTE, ya sea con las palabras o con el tono de voz. Algunas veces el cambio es fácil, pero muchas veces lleva mucho trabajo lograrlo y esto depende de la voluntad para cambiar y del compromiso de ambos.
Debemos abrir los ojos a la realidad antes de que las discusiones se vuelvan problemas y de que los problemas se vuelvan motivos de separación. Para esto debemos hablar con la pareja y recordar las cosas buenas que tiene, o tuvo, la relación y si vale la pena luchar por ella y rescatarla.
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