Solemos escuchar que los profesores o psicólogos escolares dicen a los padres que el mal comportamiento de sus hijos se debe a la falta de límites. Pero ¿qué quiere decir esto?
Cuando un hijo desobedece a sus padres lo más probable es que lo haga porque sabe que puede hacerlo y sabe que no habrá consecuencias por ello. Y si los padres no son firmes con él, lo hará con más frecuencia.
Existen varias razones por las que los padres no ponen límites a sus hijos: ambos no se ponen de acuerdo en las reglas que deben dar, no saben qué reglas poner, otros no lo hacen porque quieren darle “libertad” a sus hijos, y otros hasta tienen miedo de ponerles reglas temiendo la reacción de ellos.
Los padres deben formar un sistema estable de reglas establecidas según la cual la familia debe actuar. Conversando con los miembros y formando acuerdos se puede llegar a esto, siempre con mucho cariño pero al mismo tiempo con firmeza y cumpliendo con los acuerdos establecidos.
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